El miércoles 30 de junio la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el Centro Europeo para el control y prevención de enfermedades (ECDC) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) han publicado un informe científico conjunto que relaciona los datos del consumo de agentes antimicrobianos y las resistencias antimicrobianas en bacterias tanto humanas como de animales productores de alimentos.
Los resultados del informe indican que el uso de antibióticos en los animales productores de alimentos se ha reducido y actualmente es más bajo que su consumo humano, lo que sugiere que las medidas tomadas a nivel nacional están siendo efectivas, si bien, el mapa europeo global sobre consumo y resistencias antimicrobianas es diverso, observando variaciones significativas entre países y familias de antibióticos.
Por ejemplo, en el caso de determinados tipos de penicilinas, como las aminopenicilinas y las penicilinas de tercera y cuarta generación, así como las quinolonas, su uso es mucho más frecuente en humanos que en animales productores de alimentos. Por el contrario, otros antibióticos como la colistina y las tetraciclinas se administran con mayor frecuencia en animales productores de alimentos.
El informe también identifica vínculos entre el consumo de antimicrobianos en animales y las resistencias en bacterias de animales productores de alimentos, que a su vez está asociada con la aparición de resistencias en bacterias de humanos.
Un ejemplo de esto son las bacterias de Campylobacter spp. que se encuentran en los animales productores de alimentos y causan infecciones transmitidas por los alimentos en los seres humanos.
Los expertos europeos encontraron una asociación entre las resistencias de estas bacterias en los animales y las resistencias de las mismas bacterias en los seres humanos.
Los medicamentos antimicrobianos se utilizan en sanidad humana y animal para combatir las infecciones ocasionadas por microorganismos, tales como las bacterias.
En animales productores de alimentos, los antimicrobianos usados para tratar varias enfermedades infecciosas pueden ser iguales o similares a aquellos usados para los seres humanos.
La resistencia a los antimicrobianos aparece cuando los microorganismos desarrollan mecanismos que permiten que puedan crecer en presencia de los antimicrobianos, haciéndolos ineficaces al tratamiento de las infecciones.
Existen diversas vías por las que estos mecanismos de resistencia pueden expandirse, y derivar en una pérdida de eficacia de los antimicrobianos, por lo que la aparición de microorganismos resistentes se considera un problema de salud pública.
Las resistencias antimicrobianas constituyen un serio problema de salud pública a nivel mundial que representa además una grave carga económica. La AESAN a través del Plan Nacional de Resistencias a Antibióticos (PRAN) es la coordinadora del Programa de Vigilancia de las resistencias antimicrobianas en alimentos.